Nacen mas zurdos en invierno.....

Elena Sanz | @ElenaSanz_  |  Madrid  | Actualizado el 01/12/2015 a las 08:59 horas

Las estadísticas no dejan lugar a dudas: en occidente nacen muchos más varones zurdos en noviembre, diciembre y enero que el resto del año. En concreto, a través de un estudio llevado a cabo en Austria y Alemania sobre 13.000 sujetos, Ulrich Tran y sus colegas de la Universidad de Viena demostraron que mientras de febrero a octubre el 8,2% de los chicos nacidos son zurdos, desde noviembre hasta enero el porcentaje se eleva al 10,5%.

¿A qué se debe? Tran rescata una teoría lanzada en los '80 por los neurólogos Norman Geschwind y Albert Galaburdas, que sugería que un aumento de la testosterona retrasa la maduración del hemisferio izquierdo cerebral durante el desarrollo embrionario. Y como este hemisferio es el dominante en los diestros, cuanta más testosterona mayor es la probabilidad de nacer zurdo.

Si tenemos en cuenta que la cantidad de testosterona que circula por la sangre de la madre no es la misma todo el año, sino que varía según las horas de luz de cada estación, que nazcan más zurdos en invierno que en primavera o verano podría deberse a los cambios hormonales estacionales, según proponían los autores en la revista 'Cortex'.

Y eso no es todo: si naces entre diciembre y mayo empiezas a gatear en torno a cuatro semanas antes que si tu llegada al mundo sucede entre junio y noviembre, de acuerdo con una investigación de la Universidad de Haifa en Israel. Aunque haría falta reunir más datos para identificar la causa, los autores apuntan a que se puede predecir cómo será el desarrollo motor de un bebé durante el primer año de vida conociendo la fecha de su cumpleaños.

Así, venir al mundo en la estación más fría del año también puede tener efectos negativos sobre la salud, y no porque los neonatos se resfríen o cojan la gripe. Según un estudio de la Universidad de Vanderbilt publicado en 'Nature Neuroscience', los nacidos en invierno tienen mayor riesgo de sufrir trastornos neurológicos como depresión y esquizofrenia.

Esto se debe a que la estación en que se nace tiene un impacto "drástico" en el funcionamiento de nuestro reloj biológico. En experimentos con ratones, Douglas McMahon y sus colegas demostraron que los nacidos en invierno tenían una actividad más lenta en el "reloj maestro" cerebral que los roedores nacidos en verano. "Los ratones que crecen bajo el ciclo invernal muestran una respuesta exagerada al cambio de estación, que es muy parecida a la de los seres humanos que sufren el denominado trastorno afectivo estacional", concluía McMahon.